Debriefing psicológico.

Una herramienta eficaz para los sobrevivientes de eventos traumáticos.

Introducción:

En la actualidad, nosotros, los psicólogos clínicos nos encontramos con muchos casos de personas que han sobrevivido a situaciones traumatogénicas, de diferentes tipos de  violencia, desastres naturales, o  accidentes, que provocan en las personas reacciones postraumáticas agudas.  Estas reacciones son completamente normales tras un evento de este tipo, pero si se prolongan en el tiempo en la misma intensidad y frecuencia (o incluso aumentando), podemos encontrarnos con un cuadro que cumpla los criterios necesarios para el diagnóstico de Trastorno por Estrés Postraumático (TPET).

El debriefing en su objetivo original, pretende ser una técnica de prevención que evite la aparición de este trastorno, y que detecte de forma precoz los trastornos que necesitarían una asistencia específica (prevención selectiva) para derivar al cliente a una psicoterapia breve y focalizada en el TEPT.

Por esa razón, al ser una técnica preventiva y hablar de reacciones normales tras un evento “anormal”, esta técnica no es considerada terapéutica, ya que no estamos tratando ningún trastorno, sino una reacción normal ante situaciones críticas. (Al igual que ocurre cuando alguien decide  acudir a un profesional por un duelo reciente, estas sesiones de apoyo tampoco serían una psicoterapia en si, al ser la reacción de duelo completamente normal).

El objetivo precisamente es evitar la psicoterapia, al evitar el desarrollo del TPET.

Origen histórico:

El modelo de debriefing psicológico fue creado por Mitchel en el año 1983, al darse cuenta en su trabajo como conductor de ambulancias, del impacto que tenían los eventos traumatogénicos en el personal que trabajaba en ambulancias, y así poder prevenir el desarrollo de un Trastorno por Estrés Postraumático.

Originalmente, el debriefing designaba un procedimiento preciso, practicado en el ejército americano después de un combate o de una misión, que debía ayudar a los soldados a superar sus reacciones y a volver rápidamente al frente o a  misiones posteriores. Más adelante, el debriefing se ha revelado como una medida preventiva voluntaria contra la traumatización secundaria (traumatización por rebote) y contra el burn-out, utilizándose al principio por algunos cuerpos de policía y conductores de ambulancia (Mitchell, 1993). (Gisela Perren-Klingler (2003). Debriefing. Modelos y aplicaciones).

Este modelo de debriefing psicológico ha tenido muchas variantes desde su creación, y ha ido desarrollándose en su aplicación tanto grupal como individual, e incluso en el objetivo de la intervención.

Si bien el debriefing es ante todo una técnica que intenta evitar la cronificación de las reacciones agudas normales tras un evento traumático, también está siendo utilizado con éxito para elaborar e integrar la experiencia traumática, en aquellas personas con un diagnóstico de TPET, reduciendo en intensidad y frecuencia  la sintomatología, en un periodo corto de tiempo.

En este caso, el modelo de debriefing puede utilizarse como técnica terapéutica, ya que su estructura ayuda a separar lo cognitivo de lo emocional, invirtiendo la “cantidad” de cognición y de emoción.

En un TPET diagnosticado, la cantidad de emoción es muy superior a la cantidad de cognición, siendo las emociones las que “dominan” la experiencia traumática. Con el debriefing, se recupera toda la parte de los hechos (memoria narrativa), de manera que conseguimos tener la historia completa y detallada de lo que ocurrió, y dentro de esta gran historia, situar la emoción para que pueda ser controlada por la propia persona, sin que le inunde o le lleve a una catarsis.

Características de la técnica:

El debriefing psicológico es una técnica de intervención breve que se realiza en dos sesiones, separadas por un intervalo de tiempo de 2 meses. La primera sesión suele tener una duración aproximada de dos horas (en el caso de  un debriefing individual). La duración de esta primera sesión, depende de la duración del evento traumático y del número de reacciones postraumáticas que aparezcan.

La segunda sesión dura aproximadamente media hora, ya que tiene como objetivo comprobar la desaparición de las reacciones, y en el caso que continúen en la misma intensidad y frecuencia, derivar al paciente a un profesional de salud mental especializado en técnicas breves de intervención en trauma psicológico.

Hay diferentes variantes de debriefing, pero la más completa y eficaz, es la variante de Gisela Perren-Klingler, fundadora del Instituto de Psicotrauma de Suiza.

El Debriefing según Gisela Perren-Klingler, consta de 7 pasos estructurados:

La introducción, el relato de los hechos, los pensamientos, las emociones, la información de las reacciones postraumáticas, y de como manejarlas (técnicas de manejo de estrés), el ritual de despedida y la conclusión.

Las diferencias más significativas entre el modelo de debriefing psicológico original creado por Mitchel, y la versión diseñada por Gisela Perren-Klingler, son las siguientes:

En la variante de debriefing de Gisela Perren-Klingler, aparecen las siguientes características:

  • El enfoque es salutogénico y considera que hay reacciones normales tras el evento, y no síntomas.
  • Introduce técnicas para proteger a los debriefers (los que realizan el debriefing), evitando la traumatización secundaria.
  • Introduce la técnica en el ámbito individual y no sólo para grupos.
  • En la parte de los hechos, introduce los pilares de seguridad, que limitan la historia traumática en la historia vital, entre dos momentos buenos. También impide la inundación de la emoción en esta parte, y devuelve la historia resumida de los hechos, para ayudar a integrarla y a que la persona ponga una distancia emocional con ella.
  • Introduce el peor momento en la fase de los pensamientos, y la interpretación de ese peor momento por parte de la víctima.
  • Introduce el fraccionamiento de la emoción, evitando la catarsis y posibilitando la percepción de las emociones asociadas a nivel corporal, y ayuda a aceptarlas como normales, proporcionando la sensación de control sobre ellas.
  • Introduce las técnicas de manejo de estrés y de control de las reacciones postraumáticas. Potencia el uso de recursos.
  • Introduce un acto simbólico para dejar la experiencia en el pasado.
  • Introduce la visión del crecimiento postraumático.

Contenido del debriefing:

Uno de los objetivos del debriefing es poder hacer un relato ordenado y lógico. El sobreviviente tiende a relatar los eventos mezclados, con presión en el habla, y ausencia de emoción, o total inundación de emoción. La parte de los hechos del debriefing, consigue hacer el puente de la memoria traumática a la memoria narrativa, que es un paso fundamental para poder integrar la experiencia traumática. Además, con el debriefing, los sobrevivientes a eventos traumáticos pueden por primera vez hacer un relato ordenado y lógico, con un principio y un fin y permite por primera vez, relatarlo sin inundación de emoción, lo cual evita la retraumatización.

En la fase de los pensamientos, el sobreviviente empieza a comprender porqué fue tan impactante la experiencia para él. La interpretación personal del impacto, está basada en las creencias, los valores personales u otros pensamientos, que siempre son únicos para cada persona. Por eso es tan importante que descubran cual es su propia interpretación de la herida traumática.

En la parte emocional, realizamos la técnica hipnótica del fraccionamiento o técnica del “focusing”.

Esta técnica permite entrar a bajas dosis en la emoción, para ir elaborándola  simbólicamente, de manera que  la persona sobreviviente  puede empezar a sentir con control, y a perder el temor a sus sensaciones y sentimientos, reconociéndolos.

El focusing es una técnica asociativa, que utiliza el propio cuerpo para colocar la emoción con todas sus características. La catarsis emocional esta contraindicada porque puede retraumatizar a la persona y  afianzar el mecanismo disociativo emocional, con el peligro que esto conlleva.

En la parte informativa, se habla de la normalidad y naturalidad de las reacciones que están sintiendo. Esta información se complementa con las pautas o recursos necesarios para que la persona pueda sobrellevar el estrés, reducir las reacciones y mantener el autocontrol.

El acto simbólico de cierre, es una manera de preparar a la persona para dejar esta experiencia del pasado, en el pasado. Este acto es único para cada persona, por lo que debe ser congruente, ecológico y constructivo.

Muchas personas descubren su capacidad de resiliencia tras este evento, lo que aumenta su autoestima, sobretodo en aquellos que tuvieron alguna sensación de control, que entendían lo que ocurría y que pudieron darle  un sentido a la experiencia vivida.

Conclusión:

El debriefing posibilita ocuparnos de los sobrevivientes a eventos traumáticos, ayudándoles a integrar la historia traumática, asociada a los pensamientos y las emociones.

En la estructura de la técnica pasamos del caos de los hechos, al orden en lo vivido.

Los pensamientos dan la comprensión necesaria y congruente con la persona.

Las emociones pueden ser aceptadas y actualizadas, en pequeñas dosis; con contención.

La información les sitúa en el plano de la normalidad y les proporciona recursos para afrontar las reacciones con control.

El ritual aporta la despedida simbólica de las reacciones postraumáticas. Y por último, la conclusión les pone el nombre de sobrevivientes con recursos nuevos y abre la puerta a un nuevo sentido de vida y a un crecimiento postraumático, que muchas  veces sirve de aprendizaje.

Olga Rey Valenciano

Nº COLEG:  BI-01794